BAJA DEL
CIELO
Desde una esquina del cuarto la veía llorando, ahí sentada en la cama, con las manos cubriendo su cara, abrazándose a sí misma en un gesto de autocompasión. Lloraba de pena mientras los minutos seguían marcando la distancia de la última vez que nos vimos.
La verdad es que ese llanto era por mi causa. Fallecí hace un par de días, y ella, sentada y abrazada a mi foto, me pide que no la deje. Me pide que esta noche baje del cielo.
Cariño… no me fui al cielo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario